22/5/08

CHINOS

May-Li Han es ya una buena amiga. Llegó a españa hace 18 años y ha sido testigo, como uno más de nosotros, de la transformación de este país. Ahora es muy feliz, me dice enseñándome los tres dientes que le quedan y cortando con sus manos el inmenso brote de bambú que se ha empeñado en hacerme probar. La señora Han vive con su marido y los dos tienen una coqueta tienda de alimentación en uno de tantos barrios obreros de barcelona.... Qué los hay!, aunque los regidores municipales intenten olvidarlo. En los cinco años que llevamos charlando, siempre la he visto de buen humor: yo intento aprender un refrán o una palabra nueva cada semana, y los dos nos reímos de lo lindo con mi pronunciación de bárbaro. La señora Han, vela por mi alimentación y procura que pruebe y cocine como un ser humano, es muy curiosa y atenta a todos los detalles; le gusta preguntar siempre que vuelvo de algún viaje, me invita a que alguna vez visite a su familia, a la que echa de menos. A sus más de sesenta años debe acumular una montaña de experiencias, sinsabores, recuerdos buenos y malos.... Como salió de su región cerca de los montes Chengdu, en el centro de China, la salida del país vía Yunnan- Laos- Thailandia, su estancia en Turquía trabajando para unos familiares, el definitivo asentamiento en Barcelona. Todo esto me lo ha ido explicando en cinco años de relación, entre sonrisas y verduras.
Cuando veo las imágenes del terremoto a mi mente viene el calor con el que fui recibido en China en uno de mis primeros viajes; como La familia Han es de la provincia de Sichuan me apresuro a preguntar por sus familiares: me comenta que están bien, que en el año de la rata siempre pasan desgracias en China, que sus familiares han sido atendidos por el gobierno. Su cara se ilumina cuando me dice que en pocos años ella volverá a pasar sus últimos días en un pueblo cerca de las montañas sagradas de Chengdu.... Sin duda, la señora Han es una mujer admirable.
Oh-Yan y yo nos conocimos en 1998 en Yangsuo. Su hermano mayor tenía una pensión para turistas y ella nos hizo de guía, consejera y finalmente amiga, durante 20 días. La jovencita Oh-Yan, siguió escribiéndonos durante muchos años después. Unas cartas que llegaban a Cerdanyola de papel grueso, un inglés preciso y limitado, con la inspección realizada por el gobierno chino. En ellas nos narraba que seguía soñando con emigrar a América, estudiar, crecer como persona.... En ese viaje de casi dos meses no tuve ni un solo problema con la población china....al contrario: su sentido del humor, su disciplina, sus ganas de vivir y saber... hicieron que me enamorara definitivamente de Asia....
...Me molesta mucho no parar de oir comentarios despectivos o alarmistas contra los chinos: su gobierno es una puta dictadura, están censurados, hay desequilibrios brutales de riqueza...y pese a ello, los europeos seguimos considerando al pueblo chino como una amenaza para el planeta en vez de tener un mínomo de solidaridad como con tantos otros. ¿ Acaso alguien cree que la dictadura iraquí, la de Arabia, la de Guinea, o la norcoreana,son peores que la china?. Me molesta que ni dos dignemos a preguntar a los cientos de ellos que tenemos siempre al alcance por como están en su tierra, que quieren, que piensan de nosotros y en cambio les colguemos la etiqueta que nos mandan desde los medios.....
Tal vez si vivieramos y pensáramos como el pueblo Chino, ...tal vez el mundo sería un poco mejor...