Estos carteles o pintadas publicitarias del dios con más campañas de marketing de la historia son habituales en San Pedro. Mientras desayuno en mi comedor favorito y espero que pase el patojo de los periódicos, esa pintada me recuerda que estoy en casa ajena. En pocos lugares del mundo he encontrado tanto proselitismo cristiano como aquí, cosa que resulta doblemente chocante en cuanto ves el funcionamiento de esta sociedad; Jesús vivirá aquí, pero los preceptos se los olvidó en Caldea. Intentaré explicarlo.
En países musulmanes, budistas, hindús o apóstatas; la cotidianidad de la vida nos indica con claridad la religión o no religión que profesa la mayoría de ese país y no hay necesidad de carteles anunciando lo que debes o no debes creer. La vida misma cotidiana, los actos realizados: desde la primera oración inclinado hacia La Meca, hasta la última pujha con la puesta de sol, el eterno incinenso con flores en el dintel de cada casa o los permanentes anuncios publicitarios incitándonos a consumir, el acto de bendecir cada alimento o cada dádiva recibida, el vivir según unos códigos de conducta, que aquí ni discuto ni planteo, todo eso le acaba indicando a uno en que lugar se encuentra. Una manera más sencilla de explicarlo sería decir que en todos mis viajes por Asia, nunca me han atracado, incluso el malhechor asiático tiene un código de conducta. Por contra, en estos países que yo llamo, incluído el nuestro, católicos de postal, la gente se llena la boca de grandes palabras. Las respuestas de los alumnos a cuestinoes sociales o de futuro siempre se basan en palabras como fe, amor, tolerancia....pero la vida real dista años luz de esas palabras. El policía con la gran cruz de oro en el pecho reclamando la "mordida" en el local donde trabajo con la excusa del ruido, el alcalde supercristiano cortando el agua a cientos de niños porqué le estorban en sus planes urbanísticos, asesinos y traficantes de Izabal luciendo sus vírgenes, cristos negros, santos malverdes...Me recuerdan tanto a la España de pandereta, que hay momentos que me siento como en casa.
Es curioso ver que quien más se ajusta a un sentido ético de la vida, quien no se plantea un premio o un castigo por cada acto que realiza en la vida, sino que cree que ser honrado, ayudar, no robar ni matar, es la conducta que se acerca más a un equilibrio vital, siempre son los mismos....Los que llamamos pobrecitos indios, los analfabetos, la gente sencilla....Tal vez sea que ellos no están tan contaminados como nosotros por nosotros mismos.
Anunciando el apocalipsis
ResponderEliminarvan de salvadores
y se les dejas te pierden
infaliblemente.
Manipulan nuestro sueños
y nuestros temores
sabedores de que el miedo
nunca es inocente.
Hay que seguirles a ciegas
y serles devoto
creerles a pies juntillas
y darles de la razón
que: "el que no se quede quieto
no sale en la foto"
"Quien se sale del rebaño,
destierro y excomunión"
Que s'ha de fer per sol·licitar la excomunión ???, és algo que tinc pendent de fer desde fa moooolt teeeeeeeemps !!!.
LOVE
Con mayúculas se escribe el nombre de los que resisten, mil y una provocaciones en nombre del Señor. A los que vomitan odio e hipocresía, a esos cobardes recordadles que sus puños enfermos no cerrarán la cremallera de algunas bocas. Yo me declaro excomulgado en nombre del padre AMÉN.
ResponderEliminarHola de nuevo creo que os debo una explicación del porque me auto excomulgado/a. En primer lugar cuando era pequeño/a me llevaron con las monjas, habia una tal "Sor María" que me pego durante los seis primeros años de mi vida; en nombre del Señor me decía: esta lengua te perderá y PAF! ostia que va y sin h que no era precisamente de las sagradas. En segundo lugar para mejorar mi situación escolar, entre en un colegio mixto, donde el director era y es un capellán. Estuvo intentando repasarme en nombre de Jesucristo Nuestro Señor durante ocho años más de mi vida. Y en tercer lugar para acabar de joderlo del todo voy y me caso por la iglesia, me joden la vida en nombre del socorrido "Señor" y valga la redundancia para toda la vida, hasta que digo BASTA YA. Yo creo en una especie de híbrido entre lo que la experiencia me ha enseñado y lo que he aprendido por mi mismo/a. Y como bien creo que sabéis nada que ver con la realidad. Yo me quedo en que la maldad rompe, remueve es ruidosa y dolorosa. La bondad alivia y acaricia pero es silenciosa, no tiene manual de instrucciones, se rige por la nobleza de sus actos. No tiene agenda ni horario. No se estudia: no hay escuela no conoce fronteras, religiones, ideología o etnias. No cotiza no se compra y tampoco se vende. La bondad es instintiva y sutil, como el abrazo que ampara. Y es sabiamente discreta, ya que a veces no coge el billete de vuelta y no dice nada solo calla y deja, que otros ruidosos rompan y remuevan. La bondad tiene un vil reverso la maldad.
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