24/4/08

Cosas que hago/hice




Busco alguna fuente de inspiración para tener algo sólido con lo que enfrentarme al nuevo lío en el que me he metido.
Una asociación de ayuda del Raval y su cordinadora, creen que puedo ser la persona adecuada para...., (charlar, sería la palabra más cercana), con gente con demasiados problemas: gente a los que la vida y sus rutinas cotidianas les parecen un muro demasiado alto como para molestarse en derribarlo, subirlo, o lo que sea y prefieren sobrevivir como sea, y a veces ni eso... La llamada de Carmen me pilló por sorpresa, pues a pesar de que se que sabe mi historia vital, creo que hay mucha gente más preparada para este cometido. Tan sólo seré alguien que intente encender una linterna en esa oscuridad en la que parecen sumidos. Rebusco en mi pasado y encuentro un viaje que realicé casi a escondidas: cuando los blogs no erán más que unas carpetas de cartón con anillas que las muchachas llevaban pegadas a sus incipientes pechos mientras nosotros emulábamos a unos ejecutivos de pacotilla con acné y ridículas carteras. De cuando las postales eran el medio más efectivo para mandar una foto del lugar donde estabas.
Reaccioné en julio del 98. Fue en un viaje corto, tan sólo conocido por una docena de personas. Un viaje en el que quise conocer el verdadero alcance de la maldad humana, justo en el momento en el que había perdido toda fe en mí, y en los demás. Quise comprobar hasta donde el hombre está dispuesto a llegar, si el mal se "fabrica" o tan sólo hay que dejarlo aflorar desde nuestro interior. Comprobar como todo...TODO ser humano puede caer en ese pozo de miseria humana y convertirse en la perfecta rencarnación de una pesadilla. Entender porqué la flor de loto crece en pozas sucias y contaminadas y sin embargo su tallo está unido al centro de la tierra....
El julio del 98 me embarqué rumbo a Sarajevo con mi amigo "jabalí", (no hubiera podido ir sin un "experto" en zonas conflictivas como él), en busca del puente de Márquez en Bijelo pole, también, con el firme propósito de conocer los restos de una sociedad que había sufrido una guerra. Está de más decir que ahora no me siento orgulloso ni mucho menos de ese viaje. Ahora soy tonto, pero antes era un perfecto idiota. Una guerra que Europa había permitido, y a veces, instigado, cuyo final se intuía en la nueva ocupación, casi suicida, de las tropas serbias en Kosovo. Desde Barcelona todo parecía claro: quienes eran los buenos y los malos. Desde una posición más cercana comprendí que al igual que somos un 70% agua, también el entorno que nos rodea nos influye en la misma proporción en nuestras acciones. La certeza de que nunca estaremos a salvo de nosotros mismos se hizo clara en aquel viaje. No hay refugios ni retiros. Para que el ser humano no caiga en la maldad, en la pobredumbre o en la iniquidad, se le han de dar medios para ello. No basta con la teoría. Un pueblo amable, civilizado, jovial y pacífico como el yugoslavo, se había convertido en un atajo de bestias ciegas de ira tan sólo agitando el poso del odio ancestral que todos llevamos dentro. Desde entonces muchas cosas cambiaron en mi forma de ver al mundo y a sus habitantes. Esta sensación la viví de nuevo en Guatemala....los países que han sufrido una guerra son silenciosos y parecen sumidos en una especie de sopor, como si nadie quisiera destacar.... y cuesta mucho que la gente vuelva a confiar en el ser humano como tal....Entendí porqué tanta gente calló y se hizo el invisible durante la dictadura española.... los que recordaban el horror de la guerra preferían callar verse sumidos de nuevo en ese infierno. Tal vez por eso las guerras en Yugoslavia sean cíclicas... a la tercera generación que no ha vivido el horror, se la puede azuzar con el fantasma del pasado y de nuevo los jóvenes son lanzados al asesinato en masa. ¿ Cuánto tiempo tardará Afganistán o Irak en tener una sociedad alegre?....
La luz que trataré de encender entre esta gente del Raval deberá ser la del ejemplo, la del trabajo diario en ser buena persona, en la educación básica con el que tienes más cercano, en no culpar al entorno, a la sociedad, al vecino de todos sus males. En la autoexigencia.... si consigo esto, ya podremos hablar de drogas, enfermedades sexuales, problemas familiares y desarraigos.... hay que volver al principio del ser humano, a la sonrisa.
Por cierto, se acabaron las protestas en favor de los tibetanos y compruebo alucinado como un partido de futbol ocupa seis veces más tiempo y espacio en los informativos que los cien mil muertos en Myammar. Deduzco que se deberán organizar olimpiadas en Rangún y Rabbat para que los pueblos birmanos y saharahuis puedan ser escuchados.... hasta el próximo partido de futbol, claro