1/7/10

India, first day....







Unos cuatro millones y medio de turistas visitan la India cada año; para algunos es el viaje deseado, para otros es un país más en sus vacaciones estivales, algunos creen que ahí encontrarán cierta luz. Muchos, hechizados por vete a saber qué razón, volvemos y volvemos, y para otros, es sencillamente su primera vez.

Sin ánimo de adoctrinar, ni esperando que se den por buenos algunos consejos, escribo estas lineas con el espíritu de que un mal comienzo no os haga desistir ni renunciar a ver un país inconmensurable, sin medida....
Ya nada más llegar, y más en estas fechas, sentirás que al salir del aeropuerto, y eso que se suele llegar de noche cerrada o madrugada, el aire es un poco más denso de lo que jamás hubieras imaginado, el calor no será terrible como en los meses de mayo o junio, pero deberás acostumbrarte durante las primeras noches a dormir sintiendo que el mundo a dejado de moverse, que el aire fresco es una quimera del pasado y que tu mejor aliado es ese destartalado y ruidoso ventilador instalado justo encima de tu cama. No recomiendo dormir con el aire acondicionado, pues es la causa número uno de fuertes resfriados, pero allá cada cual.
Un poco antes del amanecer te despertarás al son de bocinadas, claxons, timbres y silbatos: es la banda sonora que te acompañará en cualquier ciudad hindú por el resto de tus días.
Antes de bajar a la calle, es aconsejable mirar desde la ventana, si se dispone; parecerá como si un niño gigante hubiera pisado un hormiguero de humanos y todos andarán de acá para allá sin orden ni concierto, no lo creas, cuando pises el asfalto o lo que queda de él y te sumerjas en ese caos comprobarás que un orden cósmico controla de alguna manera toda esa marabunta y que los accidentes y atropellos son casuales y escasos en relación al volumen y densidad de artefactos, animales y humanos, que circulan con sus propias leyes de tráfico, que no está de más recordar pues en nada se parecen a los nuestros: un elefante tiene preferencia, por cuestión de tamaño no de rango, sobre una o más vacas, éstas si que disponen de preferencia sobre todo tipo de vehículos y humanos. El resto de los animales, ya sean monos, perros, cerdos, cabras o cuervos disponen de una extraña bula para interferir en el denso tráfico. Los camiones, enormes cacharros de hierro pintados de vivos colores, tienen preferencia sobre los autobuses y éstos sobre cualquier trasto que circule con una o más ruedas. Los coches tienen preferencia sobre triciclos y rick-chow, y éstos sobre las motocicletas, y éstas sobre bicicletas y carros tirados por humanos. Nosotros, como vulgares humanos destinados al ciclo de reencarnaciones, no tenemos preferencia, aunque no debes sentirte violentado si eres el blanco de numerosas bocinas y timbres de toda clase. En la India no eres nadie si no circulas con una mano apoyada en el claxon...
Es el momento de bajar a la calle por primera vez: un amigo me comentó que la India era..., era, demasiada gente, demasiado ruido, demasiados dioses, demasiados olores, demasiado calor, demasiado tráfico..., demasiado de todo.
Es cierto. En la puerta de tu hotel, apenas hayas dado cuatro pasos sentirás la cálida acogida hindi: siempre habrá alguien diciéndote algo: un taxi, un ciclista, un vendedor de patos de goma, un guía experimentado, un comisionista, un despistado, un vendedor de soda, otro de hachís y otro de seda, el que te ofrece samosas, o el que te susurra donde encontrarás el mejor desayuno de Parganj, el que se ofrece para ayudarte mientras tratas de orientarte en un inútil mapa al que se sumarán media docena más por cada tres minutos que estés parado mientras expresan, miran y preguntan. Desconocidos se sumarán a la charla expresando todos una opinión que agrade y no ofenda. Ya habrás contestado media docena de veces de donde vienes, a donde vas, que haces y de que trabajas. Nunca debería importarte perder tiempo con la gente, estás de vacaciones, pero cuando alguien te incomode o te ofrezca algo ilegal o sospechoso, tan sólo debes atravesarle con la mirada como si no existiera y no responder a nada de lo que te dice. Es una forma de descortesía muy usada entre ellos, verás como no se sienten ofendidos y funciona de una manera relativamente eficaz. No te enfades, disgustes y seas mal educado... aunque esto también deberíamos hacerlo en nuestro país...
Una gran cantidad de niños y pedigüeños se acercarán a pedir lo que sea, desde una rupia a un kilo de arroz, mi consejo es que no des dinero a los niños y lo guardes, siempre en monedas de cinco rupias, ( el acopio de monedas es una de mis primeras labores), para enfermos y viudas. Demasiadas veces veo como un turista suelta un billete de veinte euros en las manos de un crío; flaco favor le están haciendo al niño, de verdad, pues el niño no sabe que sólo recibe dinero por eso, por ser niño, y crecerá pensando que la mendicidad y la caridad del blanco ofrece mucha más recompensa que el trabajo duro de sus padres, la cruda realidad le golpeará cuando sea adolescente, no sepa leer ni escribir y ya no de tanta pena a los turistas. Es mucho más divertido, aunque desde Europa pueda parecer inmoral, que se ganen un dinero o una buena pitanza haciendo algún recado o trabajo para ti: resulta sorprendente lo honrados que llegan a ser y el mismo crío que me pide un dólar, se ofrecerá gustoso a ir a cambiarme un billete de 500 rupias en moneda pequeña mientras espero bajo una sombrilla tomándome un chai, a cambio de unas manzanas, un thali callejero o unos dulces.
Es importante tener conciencia de que no vas a mejorar un país con un par de buenas acciones y todos los consejos que quieras repartir, pero si que puedes empeorarlo con la desidia y el paternalismo mal entendido que gastamos los occidentales, así que actúa, pero no moralices. India es un país complejo, con una cultura única en el planeta, pues muchas de sus acciones y ritos apenas han variado en los últimos cuatro mil años, así que es mucho más fácil adaptarte al país que intentar cambiarlo a tu gusto.
Es hora de comer, la mayoría de turistas creen que "El mal de Moctezuma", nosotros la llamamos diarrea, aparece por el cambio de aguas: mi consejo es que bebas mucha agua, lassis,(tu pregunta y ya verás que es), y durante los primeros días o semanas evites las fritangas, las buenííííísimas salsas y optes por el menú vegetariano y arroz. El cambio de aceites, (el de oliva es inexistente y se cocina, dependiendo de la región y el nivel económico, con aceite de palma, coco, colza, etc..), es lo que de verdad ataca a tu estómago. No por ello debes evitar comer, siempre con la mano derecha y procurando escoger locales donde haya mucha población local.
No compres nada hasta que no sepas el valor de las cosas, mis primeras compras siempre suelen ser objetos útiles: ya sean utensilios para el baño, unas chanclas...me ayuda a comprender la moneda nueva que llevo en el bolsillo. Puede que no lo veas en tu primer viaje, pero incluso una rupia puede descomponerse en cien paisas...
La verdad es que Delhi no es una ciudad muy apreciada por los viajeros: contaminada, superpoblada, con ese punto de artificial e impersonal que tienen las capitales, pero mi recomendación es que te la guardes para cuando vuelvas. Delhi tiene muchas cosas que ver y lugares donde relajarse. Parques, jardines, palacios y museos son una bendición para poder evitar ese caos circulatorio.
Bueno, poca cosa más para el primer día, no hay que aprenderlo todo el primer día, ni en el primer viaje, ni en el sexto. Poco a poco, si te gusta y te atrae, iremos hablando de devas y nagas, de sanyasis y jeeras, de trimurti, de puris y thalis, de jatis y varnas, de lingams y yonis, de la diferencia entre la concepción del tiempo, lineal o cursivo, de karmas y meeras, de sadhus, dobis, gopis y doms,.... pero no hoy. Hoy descansa...
India es compleja, terrible y fascinante, si te dejas llevar, extraerá de tí lo mejor y lo peor, y sin dármelas de gran viajero, tras veinte años escapándome a ver este mundo maravilloso, estoy en condiciones de afirmar que no hay nada ni remotamente similar a este país.
Así que este será mi último consejo.



- shanti, shanti my friend








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