20/12/06

punk de escaparate...


Apenas soy consciente de que estoy dando mis últimos paseos en mucho tiempo por Barcelona. Me gusta alardear en el extranjero de mi procedencia, pero Barcelona no es ni mucho menos la ciudad ideal para vivir, por más que se empeñen en asegurarlo los residentes al norte de la diagonal. Tampoco es la más limpia, ni de lejos es la capital del diseño. Apenas es cosmopolita, los extranjeros no están integrados en el entramado social, el día que salgan locutores de televisión o radio, ecuatorianos o pakistanís, me callaré. Es cara y desigual, sigue conservando los mismos "guettos" de hace veinte años, su tráfico es caótico y agresivo, la vivienda un lujo, la fiesta nocturna parece no haber evolucionado, es clasista y sus estratos sociales apenan han variado en los últimos dos siglos. Alardea de un aire libertario, pero la bilis amarga mi paladar en cuanto pienso en esos "hijos de lacoste", que enarbolando banderas rojas y negras, que no son heredadas sino robadas de los abuelos, y disfrazados con bandoleras hippys y levi's okupas, se permiten el lujo, cómodamente amparados en las mullidas cuentas corrientes de sus papás, de enseñar palabras como igualdad, tolerancia, respeto, generosidad...Barcelona fue anarquista una semana...tal vez la única gran ciudad del mundo que lo ha sido...pero ese pasado no nos pertenece. Coloreado en sepia y sangre no sabríamos reconocerlo ni en un cartel gigante...Me voy por los cerros de Ubeda, pero hay días que me bulle la sangre. Tampoco echaré de menos tanto pátetico provincianismo de políticos y mentes enanas, empeñados en que para nuestra infancia el catalán es igual de importante que el inglés o el chino...tant poc et preocupa el teu país que no educas al teu jovent??? ¿ Alguien supone que en Europa y en el mundo, apenas en cincuenta años, el gallego, el catalán, el valenciano, el esloveno, el euskera, el chipriota, el serbio, el checo, el danés, el valón, el ladino, el flamenco, el bosnio, el galés...serán de alguna utilidad?
Sentiré un pequeño vacío cuando piense en su gente, la mayoría tiene, no se porqué, un gran sentido de la humanidad. Sincera y discretamente altruista. La gente de Barcelona se moviliza en silencio, si. La señora del mercado, el chaval tuneado, pero no alardean de ello.
Añoraré los paseos por el gótico y el raval, las vidas de la Sagrera y El Carmelo, la Verneda y el "Chinu". Me alegrará no ver unos cuantos hospitales, cementerios, y casas de mal recuerdo. Demasiados.
Buscaré al otro lado del charco calles húmedas que rememoren en mi olfato la mezcla de aromas dulzones, de orines y falafels, de fritangas y hachís. Añoraré los viejos locales que sobreviven al acoso del diseño y el acero, la calle Tallers y su música. El sin sentido de una ciudad por crecer ante la imposibilidad física del mar y la montaña, entre Hospitalet, Badalona y Santa Coloma. Añoraré las andanzas nocturnas por su patio trasero, su sordidez... y por encima de todo añoraré un mar, el mío claro; esa vía de escape sin caminos ni senderos delimitados, sin huellas que seguir, donde siempre te puedes sentar muy cerquita y alimentar el ansia de nuevas fronteras..tal vez la gente de montaña esté a salvo de ese extraño influjo...pero a mí me tira

2 comentarios:

  1. Nosaltres anyorarem el teu somriure que ens encandila,la brillantor dels teus ulls quan mires al Lluis i a la Maria,els teus canvis sobtats d'humor i el teu amaor amagat i incondicional pels teus.
    T'anyorarem a tu

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  2. Estic d'acord absolutament amb tu Núria.
    Tots l'anyorarem, serà un any de estar esperant noticies....

    Susie Q
    LOVE

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