... -Cuanto más hablaban y discutían, menos se comprendían. Luego se hacía el silencio; el odio y el desprecio mutuos era patente. En aquel gemido de mudos y de discursos ciegos, en aquella mezcla de individuos, unidos por el horror, la esperanza y la desgracia, en aquel odio e incomprensión entre hombres que hablaban la misma lengua, se perfilaba de un modo trágico una de las grandes calamidades del siglo XX. Vassili Grosman.
Esta frase bien podría aplicarse a cualquier gobierno de cualquier país del mundo. Incluso hablando el mismo idioma se confunden entre grandes palabras que ya han perdido su significado. Igualdad, hambre, guerra.
Los grandes terremotos sociales de nuestra historia siempre empezaron con palabras. Ver a un respetado e ilustre psiquiatra, que siempre se había relacionado con filósofos y poetas, convertido en un genocida y criminal de guerra es el ejemplo ilustrativo del poder de la palabra. Unas palabras que arrastraron a miles de jóvenes a matarse entre ellos por el bien de unos pocos. Ayer brindé por la detención de Karadzic. Un gran orador. Un artista de la palabra. Un ser despiadado.( recomiendo el libro de Svalenka Drakulic, No matarían ni a una mosca.)
Es curioso como los humanos aplicamos unos mismos fonemas para comunicarnos y no nos entendemos: usamos las palabras sin detenernos a mirar su real significado, tal vez, como nos resulta tan fácil aprender el idioma materno, las palabras acaban perdiendo su contenido hasta que pierden el significado o incluso adoptan otro. Ninguna lengua tiene los mismos fonemas: los que carecen de la rotundidad de la doble erre, lo compensan con una gran variedad de vocales. Quienes disfrutan de la romántica hache aspirada, se pierden la contundencia de la zeta, y sin embargo, nos empeñamos en erradicar esa riqueza del planeta.
Algunas lenguas parecen contener en algunas de sus palabras el significado primigenio de su significado, que en otras lenguas parecen introducidas con calzador. El -" Déjame en paz y lárgate"-, se resume en mandarín con un eficaz, "me-yú". Un golpe en tzutujil se llama choc. En Izabal escuché como los críos de clase se agolpaban frente a la ventana chillando que venía un cristo; miré hacia el lago y vi un animal que sólo había visto por televisión. Ellos montaron un cristo por culpa de un cristo. El basilisco, pues ese era el bicho, es una especie de lagartija acuática, corría como un loco mientras cruzaba el lago... Sobre el agua!! La boca abierta, los antebrazos alzados y las piernas arqueadas dando rápidas zancadas. Un cristo hecho un basilisco.
Cuando alguien te dice que te quiere, el primer pensamiento debería ser de precaución, raramente la gente te dice que te ama y esta traslación de palabras puede llevar a confusiones graves pues el amar está más cerca del dar y el querer se asociaría con el necesitar. Sin duda, hay una diferencia abismal entre querer y amar que el inglés define y separa con radicalidad con el love y el want. Los ingleses diferencian su significado en la vida real, pero como a todos, parece que también deben confundirse, sino estaríamos hablando de la sociedad perfecta donde todos se aman....
Deberíamos tener mucho más cuidado a la hora de hablar y escuchar, aunque algunas veces las palabras nos sorprenden con un nuevo significado mucho más bonito del que conocíamos. En centro América me "molestaba" que las tiendas nunca dieran nada, todo se regalaba a cambio de dinero: en el mercado, en la posada, en la vida cotidiana, se substituye el verbo dar por el de regalar, y así uno escuchaba: -"me regalas un refresco, o una de tamal, o dos libras de aguacates". Me pareció pretencioso decir que se regalan las cosas cuando debías pagar por ellas hasta que un día, mi "china" me dijo muy suave al oído.... "hay que ver mi güero, lo que tardas en regalarme un beso".... ahí lo entendí todo....