10/7/08

tres años............


Hoy he realizado mi primera puja...
A lo largo de estos años he hecho toda clase de tonterías y participado en diversos rituales. En la mayoría de ellos, tan sólo por curiosidad y en unos pocos, sintiendo que necesitaba creer, tal vez huérfano de respuestas; de todos modos me han servido para saber que en algunos lugares o en ciertas atmósferas, hay tal carga de energía en el ambiente, que hasta el más incrédulo... duda. Otras fueron una mera pantomima, de lo que estoy arrepentido.
Bautizado y comulgado sin poder opinar, más tarde apostaté en vano pues no puedes desprenderte de lo que nunca tuviste. Después llegaron los viajes y mi curiosidad aumentó. Me fascinan los lugares donde la fe es una forma de vida, y me es indiferente que sean judíos, budistas, hinduístas, cristianos o musulmanes: sentir como tanta gente parece haber encontrado una respuesta creo que nos da a los incrédulos una cierta envidia. Recuperé respeto por los cristianos el día que vi rezar a decenas de ancianas en la basílica de St María de la Esperanza, en Sevilla, a la macarena. Rezaban en completa soledad, sin aspavientos: me explicaron que habían hecho un largo camino para postrarse frente a esa imagen. Paseé por el barrio ortodoxo de Jerusalén y se puede comprobar como cada piedra suda historia y sangre por culpa de unas creencias. Esto me convenció de que algo abstracto es capaz de gobernar nuestro destino, nuestras vidas... exista o no, ya da igual, sus efectos son patentes. En Asia, encontré una fe real. Gente que cree sin el menor atisbo de duda, pues la religión está tan enraizada en la vida cotidiana que es imposible separar vida y fe. Pero también es cierto que cuando entras en una mezquita, la paz te rodea: es todo tan perfecto. A mi modesta opinión, es el lugar ideal para hacer budismo.... que lío. Pasé una noche junto al fuego junto a un matrimonio maya antes de la cosecha del maíz nuevo. Su fuego, su pachamama, sus ofrendas y rezos a los volcanes, a los lagos; era todo tan cercano a nuestras raíces, que el ritual parecía no sólo lógico, sino necesario...¿ Cómo dudar de la madre tierra?.
Sigo descreído tras ver, oler, conversar y querer creer y aún así hoy me he visto llorando frente a tres barras de sándalo, un poco de agua y una vela que arderá todo el día. Ha salido de dentro, pero sin saber porqué, sabía muy bien lo que debía hacer nada más abrir los ojos... una puja. poco ortodoxa, creo..., pero lógica y necesaria.
Me he levantado justo a la hora que recibí la llamada notificándome el fin de su agonía, apenas unas horas antes del amanecer y ya no he podido dormirme. He esperado a ver el primer rayo de sol. He buscado los restos de una vela, el sándalo, cuatro flores al azar y un poco de agua.
Lo único que me llevé del hospital fue un rosal pequeño, de rosas amarillas, que alguien había traído, ya no recuerdo bien muchos detalles de esos días confusos... a la gorda le gustaban mucho las plantas y no me hubiera perdonado dejar algo vivo abandonado. Lo planté en casa y procuré seguir con mi vida sintiéndome, por primera vez, totalmente solo en el mundo, como si el último lazo que me unía con mi vida pasada se hubiera roto..... y hoy, no he encontrado un lugar mejor donde hacer la puja y reencontrar mi pasado, que bajo esas flores amarillas.