En estos últimos tiempos, no acierto a saber si mi vista es más pobre o la mirada más clara, o ya nada es lo que parece.
Veo a políticos enorgullecerse de recibir regalos, quitándose la culpa con la mera disculpa de que otros también lo hacen. Veo políticos con perfil aguileño y mirada oscura, a funcionarios depredadores de impuestos, a jueces ciegos y policías corruptos. Veo una dejadez inmensa en todos nosotros; nada nos incumbe, nada importa excepto nuestro propio bienenestar.
Veo gente civilizada, seguramente buenos padres de familia, lanzarse delante de unos toros bravos, les veo morir en directo, mientras todo el país se regocija con su fiesta nacional. Veo como su familia presencia en directo la muerte de su ser querido, la seguirá viendo una y otra vez, repitiédose en todos los noticiarios, en todas las cadenas, sin que nadie diga nada en contra de esta insensatez. Se disculpan esas muertes como si fueran algo lógico dentro de nuestra vida. Veo a toros vomitar sangre mientras supuestos seres humanos se regocijan ante su dolor confundiendo arte con tortura...., supongo que los nazis tambien vieron belleza y arte en la perfecta ordenación y aniquilamiento de millones de seres humanos.
Veo a unos críos violando y asesinando a una cría con total despreocupación frente la vida y el respeto humano..., en esos actos observo los restos, las deposiciones de una sociedad consumista y amante de sí misma. Críamos a nuestras camadas sin acceso a la cultura, a la música, al verdadero arte y a los libros de Verdad: idiotizados por la televisión, marginados por culpa de unos sueldos y unas condiciones de vida tercer mundistas nos olvidamos de ellos hasta que sucede la tragedia.... las siguientes generaciones ascienden peldaños en la sociedad sin ningún estímulo ético ni cultural. Ni la religión verdadera ni la profunda filosofía, que antes ocupaba ese lugar, tienen espacio en nuestro mundo. Peor aún, veo como muchos demagogos alzan la voz pidiendo justicia y mano dura hacia los chavales. Los mismos demagogos que recelan de los métodos anticonceptivos y del aborto. Nadie hecha nada en cara a unos padres ignorantes y despreocupados por el futuro de sus hijos, desechos de una sociedad indiferente. Unos padres a los que se les permite procrear una y otra vez sin que el estado se responsabilice de nada. En esta supuesta cultura civilizada sigue siendo más difícil sacarse el permiso de conducir que el de padre.
Veo como en plena supuesta crisis económica las empresas mantienen los sueldos a los altos directivos, se incentiva un consumo, el mismo que nos ha llevado a esta situación, mientras nuestro abuelos rebuscan en las basuras algo de comida con lo que acabar el mes. Veo como los políticos se llenan la boca sobre medio ambiente e incentivan la venta de coches, se penaliza al viandante, se banaliza la naturaleza con supuestos refugios naturales que no dejan de recordarme las antiguas reservas para los indios americanos que los anglosajones concedieron como regalo antes de un claro exterminio.
Veo mal, supongo, tal vez mi mirada esté cansada, pero sigo viendo más pureza, más ética, en un pequeño poblado tribal del estado de Orissa, que en mi calle. Sigo viendo más respeto por un anciano en los llamados países tercer mundistas, que en cualquier vagón de metro de mi ciudad.
Me largo a ver más cosas, el próximo correo será desde la ciudad imperial de Marrakesh.... inshaallah