WARS..

Poco a poco voy entrando y comprendiendo la realidad que me rodea. Ayer miraba mi aula destrozada por unos canallas y pensé en el miedo que pasaron las veinte mujeres con sus hijos cuando se vieron sorprendidas en el interior de la escuela por los secuaces del alcalde la noche que decidieron debastarla. Más tarde, esos cincuenta o sesenta individuos que estaban destrozándolo todo, se vieron cercados por una multitud de unos quinientos dispuestos a desollarlos. Sólo el tiempo que les dió el tener como rehenes a las mujeres, les salvó de un linchamiento general, en ese tiempo llegó el ejército desde Panajachel y pudo controlar la situación. Miro el aula y pienso hasta que límites puede llegar el ser humano; pues del mismo modo que puedo comprender las razones de uno y otro bando, no alcanzo a comprender las razones que llevan al ser humano para abandonar su condición de Persona y descender a los abismos de la barbarie. Ese algo que nos hace cruzar unos límites que tal vez en condiciones normales, nunca nos atreveríamos a imaginar.
A menudo creemos que las guerras fueron provocadas por los "grandes nombres": Julio Cesar, Hitler, Alejandro, Napoleón, Stalin, o Bush...Yo creo que sólo son las cabezas visibles de un movimiento de la historia, de un autocontrol de natalidad de la raza humana, sino, ¿ Qué motivo impulsa a un campesino de los Urales, a un fontanero de los Balcanes, a un granjero de Minesotta, o a un vendedor de té babilonio a convertirse en un salvaje, en un asesino, en un mutilador de niños o en un violador?. En la batalla de Borodinó murieron 80.000 rusos y franceses en apenas un día, y no creo que Napoleón o Kutuzov estuvieran detrás de cada soldado incitándole a clavar la bayoneta en el hígado de un desconocido o disparar a quemarropa a los heridos del bando contrario...cosas, que aún sigo creyéndo, el ser humano no haría en situaciones normales
Tal vez, a la raza humana tan sólo nos haga falta que alguien nos lleve hasta uno de los extremos, incluso parece que algunos lo estén deseando, y una vez llegado a esos extremos, podamos dar rienda suelta a una extraña y extrema crueldad que habita en el interior del ser humano.
Esas atrocidades también pasaron no hace mucho en Guatemala, y si, en España la gente aún se sigue acalorando por una guerra fraticida ocurrida hace setenta años, ¿ Cómo no van a estar los ánimos crispados en este país si los acuerdos de paz ( que por cierto, no se cumplen), se firmaron hace ahora once años. La tensión y el rencor oculto que se palpa en el ambiente bajo la agradable vida cotidiana hace que uno se comporte con la máxima cautela posible.

Creo que con el tiempo nos damos cuenta de que las personas individuales somos como el asno que da vueltas a la rueda de moler; tal vez pensemos, como el asno, que somos libres porqué podemos levantar la cabeza hacia arriba y hacia abajo con total libertad, que tenemos la opción de poner la pierna derecha antes que la izquierda en nuestro caminar Tal vez eso sea nuestro consuelo ante la ignorancia; creernos libres...Así deduzco, que todos los que formamos parte de la historia; los que nos preocupamos y los que no, los indeferentes y los acalorados, los que tememos, los valientes... tal vez seguimos pensando que ya lo sabemos todo, pero no somos más que asnos girando sobre la enorme piedra de la historia, sin saber realmente que hacemos y sabiendo que deberemos esperar cien años para comprobar lo que hemos o hemos dejado de hacer.
La raza humana parece condenada a devorarse a sí misma cada cierto tiempo para mantener un equilibrio. Tal vez el mundo ya no sería habitable si los cientos y cientos de millones de personas muertos en guerras hubieran procreado, tal vez no tendríamos ni la mitad de los avances tecnológicos si antes no los hubiéramos inventado para matarnos entre nosotros...tal vez tenga razón quien dice que no somos más que un virus del planeta....