23/3/08

Good morning, India

No encuentro una sensacion mas placentera como la de despertar en una ciudad hindú y cerca de una mezquita. No seria lo mismo una ciudad musulmana con hindúes, ni una con solo hindúes...., aquí encuentro la combinacion perfecta para mi.
Me levanto temprano, casi de noche, el sol ni apunta tras el horizonte y todo esta en silencio, muerto por culpa del sueño. Espero a que sus tenues rayos rompan la oscuridad, el ambiente queda sumido en brumas: ya es posible distinguir los contornos, las formas, el perro dormido. Parece ser la hora perfecta para que el muecín entone la primera llamada para la oración de los musulmanes... Ahallad, ala, akbar et bi..... repite una y otra vez con voz melodica desde lo alto de la mezquita. Sin duda es el mas bello despertador jamas creado por el ser humano.
La luz aumenta con rapidez y disipa tanto las brumas como las dudas del día y las mujeres hindúes empiezan a aparecer con lentos movimientos: saris al viento colorean la sucia y polvorienta calle, atrayendo hacia si las primeras luces y mi mirada. Portan agua en brillantes recipientes plateados que parecen recién salidos de la fragua. Cientos de pajaros despiertan tambien con el muecín, pero parecen esperar el fin de la llamada para empezar con sus cantos y consiguen que el silencio de la noche desapareza definitivamente. Los niños aparecen despeinados, desnudos; brotan como setas desde las esquinas, como extrañados de que un nuevo día empiece para ellos tras la inconsciencia del sueño. Quieren jugar, pero obedecen unas silenciosas ordenes y, acercándose a sus madres y hermanas, se dejan limpiar sin poner muchos reparos. Algunas mujeres ya han encendido las primeras fogatas y lanzan la basura al estanque. Teteras humeando sobre los pequenyos tandooris. A lo lejos veo un ciclista pedaleando sin apenas mover las piernas, tal vez practicando ante el duro día de sol que le espera.
Entre la extrema suciedad, se colocan con exquisita perfección todo tipo de adornos: saris, pañuelos pulseras, collares, pinturas y brazaletes. Peinan y frotan con energía el cuero cabelludo de los pequeños mas rebeldes.
Los patos hacen su aparición bailando una conga que solo ellos deben escuchar seguidos por las cabras locas, saludandose a cabezazos entre ellas, luego vendrán las gallinas y por ultimo los cerdos: también ellos se añaden al coro de voces suaves de mujer, de gritos agudos infantiles, de pajaros y ranas. El concierto floral esta servido...
Enciendo un cigarro y me doy cuenta que ya ha pasado una hora: les doy las gracias a todos en silencio por un nuevo despertar perfecto.... por fin aparecen los hombres de la casa: camiseta imperio, tela a cuadros, sempiterno pijama hindú, escupiendo y rascándose donde no suena. Se lavan y se frotan los dientes, vuelven a escupir, eructan, y me saludan con un sonriente namaste...
Namaste friends...thanks for all