Ultimamente me veo en el extraño compromiso de tener que responder a curiosas y complicadas preguntas. Esto puede llegar a ser un problema si el cuestionado es un pequeño ignorante bocazas, y el curioso, un crédulo alucinado. No son cuestiones como: ¿ Podrá la nanobiotecnología erradicar el cáncer en el futuro?, ¿ Son tóxicos todos los polímeros?. No, no...No son preguntas de esas, más bien son de tipo: ¿ Por qué la gente es MALA?, ¿ Hay algún secreto para curar el dolor de alma?, ¿ Por qué la gente cada vez está más triste y deprimida?...
Es difícil explicar a quien no ha mordido el camino, la extraña felicidad que emana del que nada tiene. Por supuesto no me refiero a esos 800 millones que padecen la crueldad extrema de los humanos y sienten el rigor del hambre, no...Me refiero a la felicidad o paz interior que desprenden aquellos quienes están a gusto con su vida a pesar de no saber, ni importarles, que es un ibex, una web, quien es down jones, o si a palabra superavit es el nombre de un superhéroe de pacotilla.
En el primer mundo, podemos permitirnos el lujo de molestarnos en buscar formas más desarrolladas o extremas que nos permitan encontrar esa paz...Entonces; ¿ Por qué no la encontramos?. Nacemos con todas las necesidades cubiertas, crecemos amparados en un estado de bienestar y tenemos la posiblidad de madurar como personas sin preocuparnos de; terremotos, guerras, hambrunas, monzones, huracanes o dictadores...En ese duro otro mundo, alcanzar un mínimo estado de bienestar supone la meta a conseguir en la vida; ver crecer a tus hijos, alimentarlos y educarlos, envejecer con los tuyos. Algo tan sencillo como el formar parte del ciclo vital de la tierra...no más guey...
Nosotros hemos nacido en esa meta que ellos viven para alcanzar. Damos por sentado, incluso antes de nacer, que una comadrona y una familia estarán cerca cuando veamos la primera luz. Por lo tanto no ejercemos ninguna responsabilidad sobre unos bienes que creemos que nos pertenecen sólo por el lugar geográfico, tan particular de nuestro nacimiento. Creo que limitar nuestra vida a vivir en el punto de partida, igualar nuestros deseos al resto de cinco mil millones de humanos que no los poseen, es pedir muy poco de nosotros...Tal vez ese sea el nacimiento de tanto desasosiego, del no saber que hacer con nuestra vida. Tal vez deberíamos mirar un poco más lejos, no conformarmos con lo que ya teníamos antes de nacer...tal vez empieza ahí la búsqueda de la auténtica felicidad de nuestro "primer" mundo...
RESPUESTA :
ResponderEliminarHijo mio, la felicidad está hecha de pequeñas cosas :
- Un pequeño yate
- Una pequeña mansión
- Una pequeña fortuna
GROUCHO MARX
LOVE